Hoy en día se hace muy complicado independizarse por la dificultad de encontrar trabajo o de que éste ya no sea una fuente fiable de ingresos a largo plazo. El paro juvenil en España ronda el 50% y las posibilidades de ahorrar para vivir solo son siempre limitadas.
Aun así, si independizarte está entre tus objetivos y crees que es un reto que eres capaz de afrontar, sigue los siguientes consejos de ahorro para tu nueva vida.
Sé conservador antes de mudarte. Los primeros meses en una nueva casa conllevan una adaptación a nuevos gastos que quizás no hubieras tenido en cuenta (compras para tu vivienda, facturas, fianza y varios meses de alquiler por adelantado…), por lo que aprovecha mientras vives con tus padres para reducir al máximo tus gastos personales y disponer de una base económica que te permita sobrevivir inicialmente.
Empieza viviendo de alquiler. Éste es el método más seguro ya que podrás ir viendo mensualmente si puedes afrontar los gastos que implica vivir solo. Y es que en caso de no poder hacer frente a tu nueva situación será más fácil cortar un contrato de alquiler que cerrar una hipoteca, por lo que olvida esta última opción de momento 😉 .
Compensa ingresos y gastos. No seas de los que ven cómo se marcha su dinero tal y como llega. Esto te hará vivir intranquilo y no te ofrecerá posibilidades de mejorar tu calidad de vida en un futuro, bien sea con objetivos de comprar una casa que sea de tu propiedad, bien para vivir con mayores comodidades y menos riesgos futuros. Por tanto te aconsejamos que compenses las entradas con las salidas, siendo éstas últimas siempre menores que las primeras.
Comparte piso. Contempla la posibilidad de buscar un piso de alquiler compartido con varias personas para que los gastos comunes de luz, gas, agua, internet, etc, puedan ser menores. Quizás no sea tu idea inicial y lo que quieras sea vivir solo o sola, pero ésta puede ser la salida más fácil para poder lanzarte a la independencia.
Sé austero. No consumas más de lo que necesites; apaga las luces que no uses; cierra el grifo del agua en la ducha o al lavar los platos; no uses la calefacción o el aire acondicionado en temperaturas extremas, ya que el consumo es mucho mayor de esta manera.
Analiza. Apunta tus gastos diariamente en una tabla de Excel indicando a qué los has dedicado. De este modo podrás sacar conclusiones del dinero que se te va al mes en comida, ropa, ocio, necesidades para tu vivienda, etc. Sólo de esta manera conseguirás comparar los gastos mensuales y recortar o controlar aquellos excesos que consideres innecesarios.
Prevee los imprevistos. Crea un colchón de ahorro por si llegan meses más complicados. Una pérdida de trabajo repentina o hacer frente a alguna reparación o compra urgente, podrían implicar que te quedases en números rojos o incluso que tuvieses que volver a casa de tus padres. Si no es esto lo que quieres, piensa tanto en el presente como en el futuro.
En definitiva, controla cada paso que des tanto dentro como fuera de casa, ya que a partir de ahora dependerás exclusivamente de ti, y éste es un reto que vale mucho la pena conseguir. ¡A por ello!
Pingback: ¿Gastos en tu casa de alquiler? ¿Quién los paga?